-Utilizar mascarillas con queratina (una sustancia proteica que se encuentra de forma natural en el pelo). La queratina reconstruye la cutícula del cabello alisando e hidratando, dejándolo suave, sedoso y con brillo).
Puedes encontrar de varios tipos en Mercadona, a un precio asequible (3-4 euros). Cualquier marca valdrá, con tal de que sea queratina (o keratina).
-Calentar al microondas durante unos siete segundos la mascarilla que utilicemos (así el producto penetrará mejor en el cabello). También se puede calentar al baño maría (será más natural). Ésta es una de mis cremas favoritas. Dura mucho, hidrata en cantidad y huele a pura miel. Una delicia.
-Untarse el cabello con aceite de almendras, de oliva o girasol un día a la semana por unas dos horas. No es necesario echárselo por el cuero cabelludo; con embadurnar largos y puntas será suficiente.
-Corta tus puntas cada tres meses, como mínimo. Aunque quieras llevar el pelo largo, debes sanearlo con frecuencia. Crecerá con fuerza y tendrá una mejor calidad.
-En verano, deja siempre que tu pelo se seque solo al aire libre.
-En invierno, no acerques demasiado el secador a tu pelo.
-Si quieres un brillo extra, prueba a echarte vinagre de manzana cuando hayas aclarado el champú de tu pelo. Después, aclara el vinagre con agua fría. El olor se va enseguida, ¡pero el brillo perdura!
-Si se te ha acabado el acondicionador, puedes poner un poco de aguacate en las puntas tras el lavado y aclararlo después. También puedes utilizar algo de aceite, pero… ¿mi consejo? Procura estar siempre abastecida de los productos que son realmente necesarios, como éste.
-Si te has teñido el pelo, en verano evita que el sol le dé directamente (cuando puedas evitarlo; por ejemplo, cuando estás tomando el sol).